La etapa escolar, es un periodo de gran relevancia para el niño y adolescente, es la base de su formación. Es una etapa donde se desarrollan y adquieren una diversidad de habilidades y destrezas, una de ella La Atención.
El respeto mutuo es la base de la Disciplina Positiva y su propósito es ayudar a los niños a organizarse, a internalizar las reglas y adquirir pautas de comportamiento adecuadas, teniendo en cuenta sus necesidades, inquietudes y sus intereses.
El proceso psicológico de la atención, ha recobrado en los últimos años un especial protagonismo en el estudio científico teórico, así como en la educación.
Modelos como el neuro educativo o el cognitivo conductual, así como corrientes pedagógico constructivistas, aportan una gran importancia al desarrollo de la atención, situándola a día de hoy como uno de los pilares básicos del aprendizaje. De este modo, y con la repercusión creciente de fenómenos como los trastornos por déficit de atención y déficit de atención e hiperactividad, el trabajo de la atención desde la infancia se torna imprescindible.
¿Qué nos permite la atención?
La atención nos facilita un mejor procesamiento de la información y permite la selección de los estímulos necesarios para la realización de una determinada actividad ya sea sensorial, cognitiva o motoras. Es decir, para llevar a cabo cualquier proceso cognitivo, es necesario que actúen los mecanismos atencionales. Por tanto, se puede decir que, la atención en el aprendizaje es fundamental.
La clasificación más básica que se puede hacer de la atención, considerando su complejidad y carácter multidisciplinario es; la atención dividida, cuando se trata de hacer varias cosas a la vez, también conocida como la dispersión. La atención sostenida, cuando se dirige los sentidos a un objetivo hasta cumplirlo y la atención selectiva, cuando se presta atención al interés individual.
La atención es la principal función para el desarrollo de otras funciones cognitivas y, del aprendizaje en general, Por su complejidad, diversas estructuras cerebrales están implicadas en los procesos de atención.
El lóbulo parietal prepara mapas sensoriales para luego orientar la atención, y el lóbulo frontal regula procesos psicológicos, la planificación el control de la atención sostenida y focalizada
A continuación, analizamos algunas estrategias útiles para optimizar la atención en el aula, que están en consonancia con las investigaciones que provienen de las ciencias cognitivas.
Ejercicio físico
La actividad física es tan buena para el corazón como para el cerebro. El ejercicio regular modifica el entorno químico y neuronal que favorece el aprendizaje.
Cuando los niños dedican 15 o 20 minutos a correr o caminar, antes del inicio de las clases, mejora su comportamiento, su concentración durante las tareas y su disposición para el aprendizaje en el inicio de la rutina escolar.
Mindfulness/ Relajación
La meditación mejora la activación y la conectividad de áreas cerebrales asociadas a la autorregulación en cualquier etapa de la vida.
Integrar en las terapias psicológicas de aprendizaje ó socioemocionales ejercicios de Mindfulness, Meditación, relajación, respiración, eleva los niveles de autocontrol, mejora los estados de ánimo. Estas prácticas deben hacerse extensivo a los hogares.
Prestar una atención concreta, sostenida y deliberada sin juzgar las experiencias del aquí y del ahora, tal como ocurre en el mindfulness, constituye una forma de actividad mental que promueve los mismos beneficios que la actividad física.
Juego
El juego mejora la automotivación y el estado de ánimo, pero también una desactivación de la red neuronal relacionada a la dispersión atencional, facilitándose así el aprendizaje organizado, sostenido.
Los juegos de interacción (algunos video juegos) inciden positivamente en el funcionamiento ejecutivo cerebral mejorando la agudeza visual, la flexibilidad cognitiva. Asimismo, programas de entrenamiento cognitivo informatizados han resultado muy útiles para mejorar las diferentes redes atencionales.
En síntesis, el componente lúdico en los contenidos curriculares, inclusive con recursos digitales, fomentan e incrementan la atención.
Naturaleza
Siempre será importante vincular el aprendizaje al mundo real, especialmente en la infancia. En esta etapa, el cerebro del niño se beneficia del contacto directo con la naturaleza a través de la conexión directa de sus sentidos. Pero esos beneficios se pueden extender a cualquier etapa educativa (universitaria y postgrados).
Cuando centramos la atención en una tarea durante largos periodos de tiempo disminuye la liberación de determinados neurotransmisores en la corteza prefrontal, provocando la correspondiente fatiga mental. Sin embargo, un simple paseo por un entorno natural, el contacto con una mascota y la respiración consciente es suficiente para recargar de energía estos circuitos cerebrales que permiten recuperar la atención y la memoria, pero sobre todo mejorar con ello los procesos cognitivos.
Aquí te alcanzo 6 actividades que se pueden hacer en el cole y en casa:
Pausas
Como la atención es un recurso limitado, no podemos focalizarla en las tareas durante periodos largos. Por esto, se sugiere fraccionar el tiempo dedicado a la clase o repasos en periodos de diez o quince minutos. Estos servirán para volver a liberar de forma adecuada los neurotransmisores que intervienen en los procesos atencionales y para enlazar con el siguiente bloque de estudio.
Estas pausas pueden ser activas; respirar, beber agua, comer una fruta, estiramiento, acariciar a tu mascota, son suficientes para optimizar la atención necesaria que requiere la tarea posterior y mejorar el desempeño en la misma.
Sorpresa
Lo que genera una mayor curiosidad aumenta la activación de regiones vinculadas al sistema de recompensa cerebral en las que se libera la dopamina y se facilita el aprendizaje.
Y es que el factor sorpresa, el conflicto cognitivo, un juego, un debate, activa y mantiene la atención de alerta.
Historias
Al cerebro le encantan las buenas historias. Una buena narrativa no se limitará a captar nuestra atención, sino que, además, será capaz de mantenerla. Este es un recurso educativo que puede utilizarse en cualquier etapa y que resulta muy útil en el inicio de las clases. Crear una buena historia evocará la necesaria atención de alerta del estudiante que les permitirá adentrarse en la experiencia que le acompañará posteriormente de forma gratificante.
La novedad atrae la atención y aún el respeto, pero la costumbre lo hace desaparecer pronto; apenas nos dignaríamos a mirar el arco iris si éste permaneciese por mucho tiempo en el horizonte.
Berthold Auerbach